viernes, 26 de octubre de 2012

LA RATONERA

Un ratón, mirando por un agujero en la pader ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó qué tipo de comida podía haber allí.
Quedó aterrorizado cuando descubrió era una trampa para ratones. Fue corriendo al patio de la granja para advertir a todos: "!Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!"

La gallina, que estaba cacareando mientras escarbaba la tierra, levantó la cabeza y dijo: Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada ni me incomoda".

El ratón fue hasta el cordero y le dijo: "Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!"; a lo que el cordero le respondió: "Discúlpeme Sr. Ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones"

El ratón se dirigió entonces a la vaca, la que le dio una respuesta similar. "¿Acaso estoy en peligro? Pienso que no"

El ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, decidido a enfrentar a la ratonera. Aquella noche se oyó una gran estruendo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que se trataba de la cola de una serpiente venenosa. La serpiente mordió a la mujer.

El granjero llevó inmediatamente a su esposa al hospital donde trataron savarle la vida. Al regresar a su casa, el grangero resolvió prepararle una sopa de gallina que como todos saben, tiene poderes curadores. Así es que el granjero tomó su cuchillo y salió en busca del ingrediente principal: la gallina.

Como su esposa continuaba débil, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para saciar el hambre de sus visitas, el granjero mató al cordero y lo sirvió.

La mujer no mejoró y días después dejó este mundo. El granjero entonces, debió vender la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

MORALEJA:

La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que, como no es tuyo no debes prestarle atención, piénsalo dos veces e intenta ayudarlo. No conocemos las derivaciones de una situación que supuestamente nos es ajena.
Además, nuestros sabios enseñan que uno mismo debe de ser responsable de el prójimo sin buscar beneficios personales.

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