Rav. Yaakov Nehmer y la Rebetza Silvia de Nehmer

Líderes de la Congregación Sefardí Beit Yaakov

Servicio de Shabat

Sabado a las 10 de la mañana.

Congregación Beit Yaakov

Los invita a sus actividades semanales.

Al Servicio de HaShem en Beit Yaakov

Hace 36 años que aceptamos a Yeshúa HaMashíaj 18 años como Judío Mesiánico.

Yeshúa HaMashíaj

18 años como Judío Mesiánico Once años al Servicio de HaShem.

jueves, 31 de enero de 2013

CÓMO ALCANZAR EL DELEITE DE SHABAT

HONOR Y DELEITE.
Si llamas al Shabat un deleite y al día sagrado de HaShem "honrado"; si lo honras al no realizar tus negocios, a no atender tus asuntos, ni hablar de cosas mundanas, entonces te deleitarás en Adonai.

De estos pasukim, El Talmud deriva dos preceptos relacionados con el shabat, a saber, deleitarse en él y honrarlo. En conjunto, ambos conducen a la promesa final: "entonces te deleitarás en HaShem". 
Debemos reparar en el hecho de que el pasuk en vez de decir "Si disfrutas de los deleites de Shabat", dice más bien "si llamas al Shabat un deleite", si nos damos cuenta de que el díaen sí es la fuente de deleite, puesto que muy por encima de los placeres físicos que disfrutamos en este día, se encuentra el "óneg" que podemos logra, un placer tan intenso que tiene el poder de conectar al hombre terrenal con todos los niveles de su alma celestial y, por lo tanto, con HaShem mismo. 
   
     Maimónides sostiene que honrar el Shabat conlleva preparativos físicos tale s como asear y ordenar el hogar, planear banquetes deliciosos y comprar los mejores ingredientes, cocinar con amor y esmero, colocar flores sobre la mesa del comedor, preparar las velas de Shabat, bañarnos y vestirnos con nuestras prendas más finas. Todo ello tiene por objeto honrar el arribo del Shabat como si se tratara de un rey. Se nos insta a no preocuparnos si debemos de estirar nuestro presupuesto porque, como prometieron los sabios, cada centavos que gastamos en honrar el Shabat regresará, de una manera u otra, a nuestro bolsillo.

     Para convertir el Shabat en una fuente de deleite esritual debemos sensibilizarnos, saboreando cada ocado de los manjares especiales que tenemos preparados y bebiendo el excelente vino que compramos para la ocasión. Además, en Shabat estamos dotados de un sentido más agudos de la vista, con lo cual nuestros ojos pueden apreciar mejor la belleza de la mesa puesta en contraste con el fondo blanco del mantel y el resplandor que despiden las velas de Shabat. En Shabat, dice el Talmud los alimentos adquiere un sabor especial. Las comidas suelen durar varias horas e incluyen una variedad de platillos. 

Extraído del libro de: Rabí Rafael Moshé Luria.  
      

martes, 22 de enero de 2013

Décimo primero Aniversario de la Congregación Serfadita Beit Yaakov


























UN TRABAJO IMPORTANTE



(ESTO OCURRE EN MUCHOS LUGARES)

Este es un cuento sobre cuatro personajes cuyos nombres eran: Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie.

                Había un importante trabajo que hacer, y Todos fue el encargado de realizarlo. Todos pensó que Cualquiera lo haría.
                Sin embargo, Nadie lo hizo. Esto enojó mucho a Alguien, pues el trabajo correspondía a Todos.
                Y aunque Cualquiera podía haberlo hecho, Nadie lo hizo.
Y el cuento termina que Todos le echó la culpa a Alguien porque Nadie hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.

martes, 15 de enero de 2013

El Árbol de Manzanas

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba el árbol hasta el tope y él le daba sombra.
Él amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

    Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.

    Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que le decía triste:
        - ¿Vienes a jugar conmigo?

     Pero el muchacho contestó: Ya no soy el niño de antes, que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos.

     - Lo siento - dijo el árbol -, pero no tengo dinero... Te suguiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera obtendrás el dinero para tus juguetes.

    El muchacho se sintió muy feliz.

Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.

   Pero el muchacho nunca más volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste

   Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: ¿Vienes a jugar conmigo?

    - No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?...

   -Lo siento, pero no tengo una casa - dijo el árbol -. pero... tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa.

El joven todas las ramas del árbol y esto hizo nuevamente feliz al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba feliz. ¿Vienes a jugar conmigo? - le preguntó el árbol -

     El hombre contestó.

       -Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?

     El árbol contestó - Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz.

    El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo:

      -Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.

               -El hombre replicó:

     -No tengo dientes para morder, ni fuerzas para escalar... Por ahora ya estoy viejo.

    Entonces el árbol, con lágrimas en sus ojos le dijo: -Realmente no puedo darte nada.... la única cosa que me queda son misraíces muertas.

      -Y el hombre contestó:

          -Yo no necesito mucho ahora, sólo un lugar para descansar. Estoy cansado después de tantos años.

      - Bueno, las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar - dijo el árbol -, Ven, siéntate conmigo y descansa.

   El hombre se sentó junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas.

Amigo mío; este puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá...

      Cuando crecemos los dejamos... Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas.... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices.

   Tú puedes pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero así es como osotros tratamos a nuestros padres....

    Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en nuestro corazón y su recuerdo nos dé fuerza cuando estemos cansados.    

Papa, Huevo o Café

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y ceía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres olla estaba hirviendo. En una colocó papas, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos, el padre apagó el fuego. Sacó las papás y las colocó en un bol. Sacó los huevos y los colocó en otro bol. Coló el café y lo puso en un tercer bol.

      Mirando a su hija le dijo:

    - Queida, ¿qué ves?

    - Papas, huevos y café  -  fue la respuesta de ella.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las papas. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras que disfrutaba su rico aroma.

     Humildemente la hija preguntó:

    - ¿Qué significa esto, padre?

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La papa llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

      - ¿Cual eres tú?  -  le preguntó a su hija -

Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una papa, un huevo o un grano de café?

¿Y cómo eres tú, amigo? ¿Eres una papa que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una uerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero, ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?

¡O eres como un grano de café? El café cambia el agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al puntode ebullición, el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tu reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

         -  ¿Cómo manejas la adversidad? ¿Eres una papa, un huevo o un grano de café? 


viernes, 11 de enero de 2013

La Cáscara y Las Plumas





Recuerdo cuando en la escuela realizamos n trabajo acerca de la tercera edad. Fue sorprendente enterarme de los abandonados que están los ancianos y que casi no tienen lugar en una sociedad tan cambiante y tecnológica.
Recuerdo que el trabajo de un alumno me llamó la atención, se titulaba: Los ancianos, nuestra cáscara y nuestras plumas.
Comenzaba explicando que todo fruto posee una cáscara que lo recubre; esa cáscara en la mayoría de los casos es vieja, de mal aspecto, agria y casi no tiene utilidad. Es más, dificulta nuestro acceso al fruto delicioso. Así ocurre con los ancianos, ellos son como la cáscara arrugada y vieja de los frutos jóvenes. Es cierto que pueden tener mal aspecto, pero lo que debemos de entender, es que la cáscara es lo que protege al fruto interior. Sin ella, por más que el fruto fuera delicioso, se estropearía. Del mismo modo, son los ancianos los que permiten que los jóvenes se conserven.
No obstante, en nuestra sociedad tratamos de quitarnos de encima a los ancianos. Los quitamos del trabajo mandándolos como pensionados y los limitamos a ciertos espacios.
En esa situación es natural que no sintamos mucho el aporte de los ancianos, pues ellos son como las plumas de las alas: si están bien ubicadas pueden ayudarnos a volar y subir alto, pero si podamos y recortamos las plumas, esas alas jamás podrán remontar vuelo.   

El Naufrago




El único sobreviviente de un naufragio se encontraba en una pequeña isla inhabitada. Oraba fervientemente, pidiendo a HaShem que lo rescatara, y todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba.

Al cabo de unos días empezó a construir una pequeña cabañita para protegerse y proteger sus pocas posesiones.

Un día, después de andar buscando comida, regresó y encontró la pequeña choza en llamas. Vio como el humo subía hacia el cielo. Lo peor que había pasado, es quen había perdido todas sus cosas.

Estaba tan confundido y enojado con el Eterno y llorando le decía: -¿Cómo pudiste hacerme esto? 

–Agotado, se quedó dormido sobre la arena.

Temprano en la mañana del siguiente día, el náufrago escuchó sorprendido el sonido de un barco que se acercaba a la isla: venían a rescatarlo. 

Asombrado, preguntó a los tripulantes: -¿Cómo sabían que yo estaba aquí?

Y sus rescatadores le contestaron: 
-Vimos las señales de humo que nos hiciste...


No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, Adonai doy mi palabra
Jeremías 1:8

jueves, 10 de enero de 2013

El Helecho y El Bambú




Un día decidí darme por vencido... renuncié a mi trabajo, a mi pareja, a mi vida.
-Fui al bosque para tener una última charla con HaShem.
-HaShem, le dije,-¿Podrías darme una buena razón paa no darme por vencido?
Su respuesta me sorprendió:
-Mira a tu alrededor, Él me dijo.
-¿Ve aquel helecho y ese bambú?
-Si, respondí.
.Cuando sembré la semilla del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz y agua.
El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla del bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante, pero sin embargo, nada creció de la semilla del bambú. A pesar de ello no renuncié al bambú. Me dijo HaShem.
-En el tercer año, aun nada brotó de la semilla del bambú. Pero no renuncié, me dijo.
Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra.
En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
En tan sólo seis meses después, el bambú creció a más de 100 pies de altura.
Todos esos años que nada salía, el bambú había estado echando raíces.
Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar.
Lo mismo ocurre contigo. ¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?
No renuncié al bambú, Tampoco renunciaré a ti. No te compares con otros. Me dijo HaShem.
Comprendí que el bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso.
-Tu tiempo también llegará, me dijo HaShem.
  ¡Crecerás muy alto!
-¿Qué tan alto debo crecer?  Pregunté
-¿Qué tan alto crecerá el bambú? Me pregunto
-¿Tan alto como pueda? Indagué
No desesperes ni te ahogues, por ningún día de tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia.
         Ambos son esenciales para la vida.
         La Felicidad te mantiene dulce.
         Los intentos te mantienen fuerte.
         Las penas te mantienen humano.
         Las caídas te mantienen humilde.
         El éxito te mantiene brillante. Y gracias a HaShem te       mantiene caminando.