Deuteronomio
33:1 "Y esta es la bendición con la cual bendijo Moshé varón del Eterno a
los hijos de Ysrael, antes de que muriese."
Vezot haberajá asher beraj
Moshe ish ha'Elohim et-beney Yisra'el lifney moto.
La parasha de esta semana
se llama Vezot Haberajá, que literalmente significa "Y esta es la
bendición".
La
parasha de esta semana es especial porque concluimos el ciclo anual de la
lectura de la Torá. Por lo tanto celebraremos la fiesta de Simjat Torá (Shmini
Atzeret).
La
Torá es la fibra de nuestra vida como judío: su nexo con su Creador, su mandato
nacional, el plano maestro de la perfección hacia la que aspira.
Poco
sorprende, entonces, que la festividad más alegre del calendario judío sea la
de Simjat Torá, cuando se concluye el ciclo anual de Lectura de la Torá y se
comienza de nuevo.
Simjat
Torá sigue inmediatamente a la festividad de Sucot. De hecho, el nombre bíblico
para Simjat Torá es Sheminí Atzeret, que significa "Octavo Día de
Retención",pues la función de esta festividad es retener y absorber los
logros de los siete días de Sucot.
¿Por
qué, sigue Sheminí Atzeret inmediatamente a Sucot?. Rabí Ioshúa ofrece la siguiente parábola a
modo de explicación:
Un
rey tenía muchas hijas. Algunas de ellas se casaron y vivían cerca, y algunas
de ellas se casaron y vivían en lugares distantes. Un día, todas vinieron a
visitar al rey, su padre. Dijo el rey: Aquellas que viven cerca tienen tiempo
para ir y venir; pero aquellas que viven lejos no tienen tiempo para ir y
venir. Dado que todas están aquí conmigo, haré una celebración para todas ellas
y me regocijaré con ellas.
Así,
con el Atzeret de Pesaj, cuando en la Tierra de Israel se pasa de invierno a
verano, HaShem dice: "Ellos tienen tiempo para ir y venir". Pero con
el Atzeret de Sucot, dado que se pasa de verano a invierno, el polvo de los
caminos es molesto y las rutas son incómodas... HaShem dice: "Ellos no
tienen tiempo para ir y venir; por lo tanto, ya que todos están aquí, haré una
celebración para todos y Me regocijaré con ellos".
¿Qué
es un "Atzeret"?
Para
entender mejor el significado de la pregunta de Rabí Ioshúa y la respuesta
provista por su parábola, primero debemos examinar el concepto de
"Atzeret". ¿Por qué requiere la festividad un Atzeret?
La
enseñanza cabalística y jasídica explican que "Atzeret" es la
absorción e internalización de lo que antes fue concretado y expresado en un
nivel más externo.
Atzeret
es lo que la digestión es a comer, lo que la asimilación es a estudiar, lo que
la concepción es al matrimonio.
Nuestro
recibimiento de la Torá en Shavuot es el "Atzeret" de nuestra
liberación de la esclavitud siete semanas antes.
En
Pesaj nos convertimos en un pueblo libre, libre del látigo del capataz, libre
del sometimiento a la más cruel, más miserable (abyecta), sociedad sobre la
tierra.
¿Pero
qué es la libertad? ¿Cómo ha de digerirse, internalizarse e integrarse a
nuestra existencia de día a día?
El
propósito del Éxodo, como HaShem le dijo a Moshé cuando le encargó la misión de
sacar a los Hijos de Ysrael de Egipto, era que debía llevarlos a Sinaí( Ex
3:12).
La
libertad que HaShem prometió a Ysrael no era apenas una libertad física de la
esclavitud física, sino una libertad que permite al alma concretar su potencial
pleno, experimentar su nexo intrínseco con su esencia y fuente, solidificar su
misión y propósito en la vida.
Semejante
libertad es posible sólo mediante la Torá, "el plano maestro para la
creación" de autoría Divina que nos orienta y dirige hacia la comprensión
y concreción de quiénes y qué somos verdaderamente.
De
modo que cada año, luego de recibir el regalo de la libertad el 15 de Nisán,
nos embarcamos en un proceso de 49 días para absorberlo e internalizarlo, un
proceso que culmina en el Atzeret de Shavuot.
Durante
siete semanas nos esforzamos para asimilar el verdadero significado interior
del Éxodo en los 49 rasgos y sub-rasgos de carácter de nuestras almas, para
hacer madurar la libertad del Éxodo en la libertad de la Torá.
Así,
nos graduamos (como lo expresa Rabí Ioshúa) de invierno a verano. De la
frialdad de la falta de objetivos a la calidez del propósito apasionado; de la
dificultad del desafío a la delicia del logro; de la melancolía de la
ignorancia a la clara luz al estilo (estival) de la sabiduría y la comprensión.
Luego,
seis meses después, llegan las festividades de Tishrei. En vez de perdurar como
una experiencia de una vez al año, debe integrarse a nuestra naturaleza y
existencia diaria. Por lo que la festividad de siete días de Sucot es seguida
por un "Atzeret", un día en el que nuestra alegría con la esencia de
la Torá alcanza su cumbre, y es casada inmediatamente con el ciclo de nuestras
vidas de todo el año.
Así,
la órbita Pesaj-Shavuot por un lado, y la constelación Yom Kipur-Sucot-Simjat
Tora (Sheminí Atzeret) por el otro, representan dos dimensiones de la Torá y su
rol como facilitadoras del nexo entre nosotros y HaShem.
Por
otra parte, las Segundas Tablas de Yom Kipur, y su celebración e
internalización en Sucot y Simjat Tora (Sheminí Atzeret), representan el
triunfo del baal teshuvá ("retornante"),aquel que, habiendo sucumbido
a las pruebas de la vida terrenal, ha explotado la negatividad de su condición
para tocar el núcleo mismo de su alma y estimular sus facultades más
esenciales.
Esto
se refleja en la alineación de estos dos sistemas festivos con las estaciones
del año en la Tierra de Israel. Las festividades primaverales de Pesaj y
Shavuot, marcando el paso de invierno a verano, encarnan la medida progresión
del tzadík de brote a florecimiento, de oscuridad y frío a luz y calidez.
Las
festividades otoñales de Tishrei representan el regreso del baal teshuvá al
frío y la melancolía del invierno para poner al descubierto los tesoros
ocultados allí.
Ahora
podemos comprender la parábola de Rabí Ioshúa y cómo explica la diferencia
entre el Atzeret de Pesaj y el Atzeret de Sucot.
El
Rey Supremo tiene muchas "hijas casadas", muchas almas que se han
embarcado en la misión y el desafío de la vida física. El alma desciende a la
tierra y es "casada" con un cuerpo para que su unión rinda una
generación(progenie) de buenas acciones: acciones que santifican su entorno
material y satisfacen el propósito de HaShem en la creación al desarrollarlo
como una morada para Su presencia.
Algunas
de las hijas del Rey están "casadas y viven cerca". Estas son las
almas de los justos, quienes, pese a haber descendido a la vida física, nunca
pierden de vista sus santos orígenes. Ellas tratan con lo material,
desarrollando y refinando el mundo que les concierne, pero sin caer presa de
sus influencias adversas. Ellas han dejado el hogar de su padre, pero nunca se
han apartado demasiado lejos.
Pero
el Rey también tiene hijas cuyos casamientos las han conducido a "lugares
distantes": almas cuya involucración con la realidad material las ha
llevado lejos del palacio real; almas que han llegado a enredarse hondamente en
la mundanalidad que vinieron a redimir.
Pesaj
es la festividad del tzadík y del tzadík dentro de nosotros, la festividad en
la que degustamos la pura e inmaculada libertad de un pueblo recién nacido.
Por
lo que el Atzeret de Pesaj viene cincuenta días después. Pues es primavera: los
caminos están despejados, y "tenemos tiempo para ir y venir". Somos
libres para abrirnos camino metódicamente a través de los 49 pasos desde la
revelación de Pesaj a la internalización de Shavuot. Es una travesía gradual,
paso a paso, característica del viaje gradual por la vida, paso a paso, del
tzadík.
Pero
en Sucot celebramos nuestra capacidad de teshuvá, de nuestro nexo con HaShem
encarnado por las "Segundas Tablas".
En
esta reunión de "las hijas que se casaron y viven lejos" con su Padre
y Rey, ellas "no tienen tiempo para ir y venir". Pues "vamos de
verano a invierno, y el polvo de los caminos es molesto, y las rutas son
incómodas". Somos viajantes por el volátil sendero de la teshuvá, donde
las oportunidades deben atraparse según vienen, y las vidas son deshechas y
rehechas en un único momento refulgente.
De
modo que nos zambullimos directamente de Sucot al Atzeret de Simjat Torá,
directamente a la inmediata internalización de la dimensión de "Segundas
Tablas" de la Torá y su retención para los inviernos y veranos por venir.
Temas
de la Parasha
Nuestra
parasha habla sobre los siguientes temas:
Primera
alía: (33:1-7): La bendición de Moshé Rabenu a la tribu de Reuvén. La bendición
de Moshé Rabenu a la tribu de Iehudá
Segunda
alía: (33:8-12): La bendición de Moshé a la tribu de Leví. La bendición de
Moshé a la tribu de Benjamín.
Tercera
alía: (33:13-17): La bendición de Moshé a la tribu de Iosef
Cuarta
alía: (33:18-21): La bendición de Moshé a la tribu de Zabulón. La bendición de
Moshé a la tribu de Isajar. La bendición de Moshé a la tribu de Gad
Quinta
alía: (33:22-26): La bendición de Moshé a la tribu de Dan. La bendición de
Moshé a la tribu de Neftalí. La bendición de Moshé a la tribu de Asher
Sexta
alía: (33:27-29): La bendición de Moshé a todo el pueblo de Israel
Séptima
alía: (34:1-12): La muerte de Moshé Rabenu
3
Enseñanza.
"Y
Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moshé había
puesto sus manos sobre él, y los hijos de Ysrael le obedecieron como Adonai
mandó a Moshé".
A
través de la Torá vemos distintos modelos de hombres que en un momento dado
HaShem levantó para asumir liderazgo con el fin de llevar a cabo una obra específica,
de acuerdo a Su propósito eterno.
Uno
de esos grandes hombres fue Josué. La Torá nos dice las grandes cosas que este
gran hombre hizo y como HaShem lo bendijo.
Moshé
era un gran líder. Él trajo al pueblo de HaShem fuera de la tierra de Egipto,
pero no le fue permitido introducirlos a la tierra de Canaán. HaShem dio este
gran honor a Josué.
HaShem
dijo a Moshé: "Toma a Josué hijo de Nun, hombre en el cual hay
espíritu, y pon tu mano sobre él. Harás que se ponga de pie delante del
sacerdote Eleazar y delante de toda la congregación, y le comisionarás en
presencia de ellos. Pondrás tu dignidad sobre él, para que toda la congregación
de los hijos de Ysrael le obedezca." (Num 27:18-20).
Entonces
Moshé le impuso manos a Josué y lo estableció como líder que iba a llevar a el
pueblo a la tierra prometida (Deut.32). Finalmente se relata la bendición final
de Moshé a cada una de las doce tribus de Ysrael( Deut.33).
Josué
fue elegido por HaShem por ser un varón en el que había espíritu como nos dice
en Num 27:18 "...un varón en el cual hay espíritu,..".
El espíritu de HaShem
moraba en Josué y por tal razón pudo andar en rectitud delante del Señor.
En
Ezequiel 36:27 dice: “Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra”.
En
Rom. 8:9 dice: " Mas nosotros no vivimos según la carne, sino según el
espíritu”.
Pero la pregunta aquí
sería ¿Cómo Josué supo ser sabio y adquirir la sabiduría de HaShem para llevar
a cabo el mandato del Señor?.
A través de la Torá vemos
muchos pasajes que hablan sobre un hombre sabio y sobre la sabiduría:
Ex.
35:10: "Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las
cosas que Di-s ha mandad."
Salmo
119:98: " Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus
mandamientos".
Proverbios
10:8: "El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de
labios caerá.."
Proverbios
13:1: "El hijo sabio recibe el consejo del padre;.."
Proverbios
13:20: "El que anda con sabios, sabio será..."
Proverbios
19:20: " Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas
sabio en tu vejez.."
2
Timoteo 3:15: "y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras,
las cuales te pueden hacer sabio.."
Como
podemos ver Josué lo aprendió a ser sabio de dos formas:
1.-
Por obra del Eterno.
2.-
Por su maestro Moshé
La
Torá nos dice que Josué era servidor de Moshé (Ex. 33:11), en otras palabras,
Josué estaba al lado de Moshé asistiéndole. Esto le sirvió a Josué como
entrenamiento y capacitación para poder llevar a cabo el plan que HaShem tenía
con su vida de guiar al pueblo de Ysrael a la tierra Prometida.
Moshé
tenía que enseñarle la Torá a Josué para que ella fuera perfeccionada en su
vida. De igual manera el Señor, por medio de su Ruaj HaKodesh Espíritu Santo,
está de continuo recordándonos y enseñándonos su palabra en nuestro oído con el
fin de que quede grabada en nuestros corazones y se haga vida en nosotros.
De
manera que Moshé le enseñaba la Torá a Josué hasta que esta quedara grabada en su
corazón y además aprendía de las situaciones difíciles en las que día con día
se encontraba Moshé, el tiempo que Josué paso al lado de Moshé fue de suma
importancia para que él estuviera preparado en el momento que recibiría el
cargo que dejaba Moshé.
Por
lo tanto podemos decir que Josué fue bien instruido y enseñado por Moshé un
hombre también escogido por el Señor, instruido y bendecido por él.
Algo
muy importante es saber que la sabiduría de la que se habla en esta parasha que
les fue dada a Moshé y a Josué para llevar a cabo su misión, solo se puede
adquirir de una forma:
1
Crónicas 22:12: "Y el Eterno te de entendimiento y prudencia".
2
Crónicas 1:10-12: "Dame ahora sabiduría y ciencia...Y dijo Di-s a
Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón... Sabiduría y ciencia te son
dadas.."
Esdras
7:25: "Y tú Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu
Elohim."
Job
12:13: "Con HaShem está la sabiduría y el poder."
Salmo
111:10: "El principio de la sabiduría es el temor de HaShem."
Proverbios
2:6: "Porque HaShem da la sabiduría."
Eclesiastés
2:26: "Porque al hombre que le agrada, Di-s le da sabiduría."
Daniel
2:20: "....,porque suyos son el poder y la sabiduría
Esta
sabiduría era dada por el Eterno, en Num 27:18 nos dice la condición de Josué ante
los ojos de HaShem: un varón en el cual hay espíritu. El espíritu de HaShem
moraba en Josué y por tal razón pudo andar en rectitud delante del Eterno. Pero
a pesar de que Josué ya tenía dos cosas a su favor:
1.-
Había sido instruido por Moshé
2.-
El Eterno lo había bendecido con espíritu de sabiduría
Le
faltaba algo todavía a Josué, llevar a cabo todo lo aprendido por Moshé, Como
podemos ver en Deut 34:1-12 se nos narra uno de los momentos más críticos en la
vida de Josué: la muerte de Moshé.
Hasta
aquí sabemos que Josué estaba siempre con Moshé sirviéndole, obedeciéndole,
consultándole y aprendiendo de él. Pero ahora Josué, sin Moshé a su lado, tenía
que poner en práctica todo lo que había sido enseñado.
Humanamente
hablando, resultaba un gran reto para Josué el poder llevar al pueblo a la
Tierra Prometida.
Pero
el Eterno tenía todo dentro de sus planes y propósitos. En repetidas ocasiones
HaShem le reiteró a Josué Jasak, Jasak, que se esforzara y fuera valiente Deut.
31:7-9, Josué 1:5 y Josué 1:9.
Josué
tuvo la certeza de que el Eterno estuvo con él en todo momento. Una prueba de
esto la encontramos en Deuteronomio 34:9, donde dice algo clave y de vital
importancia en su cargo como líder.
Luego
que pasaron los días de luto por la muerte de Moshé, Josué hijo de Nun, fue
lleno del espíritu de sabiduría, porque Moshé había puesto sus manos sobre él y
los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como HaShem mandó a Moshé.
Definitivamente que Josué no podía hacer nada basado en sus propias fuerzas y
sus propios méritos.
Dice
la Torá que no hubo otro profeta como Moshé. Así que debe haber sido algo
extraordinario para Josué haber estado al lado de Moshé. Sin embargo, aunque
Josué aprendió de Moshé mientras le servía, ahora el se movería en la sabiduría
que viene de arriba, dada por HaShem.
Ya
Moshé no iba estar con él para decirle que hacer, desde ahora la bendición del
Eterno sería su única ayuda.
De
manera que Josué vivió una vida en el espíritu y consagrada al Señor. Por
consiguiente, el Señor le escogió para ejercer el cargo que Moshé dejaba. Ésta
no era una decisión fácil para Josué. Muchos años antes el pueblo había tratado
de apedrear a Josué cuando él los animaba a conquistar a Cannaán (Num. 14:10).
Pero su gran grande fe de parte de Josué lo llevo a obedecer a HaShem.
Conclusión
Así
como vimos como Josué y Moshé dieron un gran ejemplo de liderazgo, Fe,
Integridad, Fortaleza a todos aquellos con los que convivieron durante muchos
años, yo los exhorto a que hagamos de nuestra vida algo similar que alcancemos
la bendición del Eterno escudriñando y guardando en nuestro corazón la Torá del
Eterno, y poniéndola como obra ante todas las cosas que se presenten en nuestra
vida, ya sean buenas o malas.
Que
el Eterno los bendiga.
Beit
Yaakov 15-10-03
0 comentarios:
Publicar un comentario