martes, 15 de enero de 2013

El Árbol de Manzanas

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba el árbol hasta el tope y él le daba sombra.
Él amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

    Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.

    Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que le decía triste:
        - ¿Vienes a jugar conmigo?

     Pero el muchacho contestó: Ya no soy el niño de antes, que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos.

     - Lo siento - dijo el árbol -, pero no tengo dinero... Te suguiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera obtendrás el dinero para tus juguetes.

    El muchacho se sintió muy feliz.

Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.

   Pero el muchacho nunca más volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste

   Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: ¿Vienes a jugar conmigo?

    - No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?...

   -Lo siento, pero no tengo una casa - dijo el árbol -. pero... tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa.

El joven todas las ramas del árbol y esto hizo nuevamente feliz al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba feliz. ¿Vienes a jugar conmigo? - le preguntó el árbol -

     El hombre contestó.

       -Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?

     El árbol contestó - Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz.

    El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo:

      -Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.

               -El hombre replicó:

     -No tengo dientes para morder, ni fuerzas para escalar... Por ahora ya estoy viejo.

    Entonces el árbol, con lágrimas en sus ojos le dijo: -Realmente no puedo darte nada.... la única cosa que me queda son misraíces muertas.

      -Y el hombre contestó:

          -Yo no necesito mucho ahora, sólo un lugar para descansar. Estoy cansado después de tantos años.

      - Bueno, las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar - dijo el árbol -, Ven, siéntate conmigo y descansa.

   El hombre se sentó junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas.

Amigo mío; este puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá...

      Cuando crecemos los dejamos... Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas.... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices.

   Tú puedes pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero así es como osotros tratamos a nuestros padres....

    Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en nuestro corazón y su recuerdo nos dé fuerza cuando estemos cansados.    

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