jueves, 6 de diciembre de 2012

Comentario Parashát ““ ”וישבVayéshev-Y habitó”



A partir de esta parashát comienza la famosa historia de Yoséf y sus hermanos. Esta historia que comienza en esta parashát con unos simples "sueños de grandeza", continuará en la próxima parashát (Miketz) con un Yoséf virrey en el Egipto de la época, y culminará en parashát Vaigash con el descenso de toda su familia hacia allí para salvarse del hambre que castigaba a la tierra de Israel.

Mucho se ha escrito sobre este singular relato bíblico y mucho es lo que todavía no se ha escrito sobre él. Hay quienes estudiaron a fondo el comportamiento de Yoséf respecto de sus hermanos, mientras que otros hicieron hincapié en la reacción que ellos tuvieron hacia él.

Pero nuestra intención en este comentario no es hablar sobre meros hechos que reflejan actitudes o pensamientos. Intentaremos aquí estudiar sobre la raíz del asunto. El motivo que provocó los acontecimientos posteriores.

"E Israel amaba a Iosef más que a todos sus hermanos, pues hijo de ancianidad él era para él, y le hizo a él una ketonet pasim" (37:3).

Antes de entrar de lleno en el tema conceptual de nuestro pasuk (versículo) analicemos el aspecto lingüístico del mismo.
Dice la Torá que Yaakov le hizo a Yosef una "ketonet pasim". La palabra ketonet significa túnica en hebreo y aparece en varias oportunidades en el Tanaj (Biblia). Sin embargo, es bastante dificultoso precisar lo que significa el término pas del cual proviene las palabra pasim (plural de pas), y de hecho los comentaristas de la Torá están divididos respecto de la connotación de esta palabra. Citaremos algunas de las opiniones:

El Targum de Ionatán Ben Uziel y el Targum Ierushalmi traducen: "con dibujos". Rabenu Saadiá Gaón dice: "de seda". Rashí, basado en el Talmud, dice que significa: "de lana pura". El Rashbam dice que es una prenda que se usa por encima de las demás. Rabí Abraham Ibn Ezra dice: "bordada". El Radak explica que la túnica era rayada con rayas de distintos colores (pas: raya).

La raíz que conforma la palabra "pasim" sólo aparece en otras dos oportunidades en todo el Tanaj. La primera, en el libro de Shemuel II (II Samuel) 13:18 y 19; y en una segunda oportunidad, en el libro del profeta Daniel 5:5 y 24 (en arameo, idioma relacionado con el hebreo). De allí se puede entender que pas significa palma (de la mano). Basados en este dato podríamos decir tal vez, que "ketonet pasim" significa "túnica de manga larga" (que llega hasta las palmas de las manos).

Este dato nos puede enseñar que Yaakov Avinu mediante este regalo quiso distinguirlo a Yosef. Tal vez, las mangas de las ropas de los líderes o de las personas importantes que no trabajaban, eran un poco más largas que las del resto de las personas, que por tener la necesidad de trabajar, se acortaban un poco las mangas (que eran amplias en sus extremos) a través de cintas que las ajustaban un poco mas arriba, para que no les molesten en su quehacer diario.. (Véase el Talmud en Shabat 113a y el comentario de Rabí Ovadiá Seforno).

Tal vez, Yaakov vio en Yosef al futuro líder y conductor del pueblo de Israel y es por eso que lo quería designar como tal, en vida de él. Sin embargo, Nuestros Sabios del Talmud no vieron este regalo con muy buenos ojos.

"Dijo Rabá Bar Mejasiá en nombre de Rav Jamá Bar Guriá en nombre de Rav: Que nunca el hombre haga diferencias entre un hijo y sus hermanos, pues por dos selaim (cantidad no importante) de lana pura que le dio Yaakov a Yosef más que al resto de sus hijos, ellos tuvieron celos de él y continuó la cosa hasta que descendieron nuestros antepasados a Egipto". (Shabat 10b, Meguilá 16b).
Nuestros Sabios nos enseñan que quien provocó el odio de los hermanos de Yosef hacia él, fue el padre de todos ellos: nuestro patriarca Yaakov. Rashí explica en nombre de los alumnos de Rabenu Itzjak Haleví que la Torá llama a la túnica: "ketonet pasim" pues solamente alrededor de los puños hizo Yaakov la túnica con lana pura, y no toda la túnica (pas: palma de la mano).

Él no hizo grandes diferencias entre Yosef y sus hermanos. Él le hizo solamente una túnica un poco más linda que las que ellos vestían, realmente casi ni se notaba la diferencia. Pero los hermanos de Yosef no pensaban lo mismo. Una diferencia, un gesto o una expresión que puede ser insignificante para el padre, puede ser abismal para el hijo.

Tal vez, Nuestros Sabios también quieren enseñarnos que muchas veces (por no decir la mayoría o casi todas) los padres tenemos la culpa de lo que pasa con nuestros hijos. Hay veces que no queremos ver lo que les pasa, otras veces observamos en demasía y les marcamos cosas que no son tan necesarias en detrimento de otras más necesarias, otras veces callamos cuando hay que gritar, otras veces hablamos cuando hay que callar·



De un estudio profundo, surge una única conclusión: en la mayoría de los casos, los padres no ven el problema a tiempo y después, al querer solucionarlo, se les va de las manos.

Últimas encuestas realizadas, revelan la triste realidad de que en la gran mayoría de los hogares, los padres no se dedican ni veinte minutos por semana para hablar sobre la educación de sus hijos y el camino por el cual conducirlos. En otras palabras: los hijos se educan como sopla el viento, o para acá o para allá sin importar la dirección.

Si nuestro pueblo constantemente sufre bajas a causa de la terrible asimilación a los otros pueblos, no es sólo por la gran influencia que éstos ejercen sobre nuestros hijos - hasta que finalmente se casan con ellos en porcentajes de más del 50% en muchos países del mundo - sino fundamentalmente porque nosotros no los educamos para que esa influencia no exista, o por lo menos para que no ejerza tanto efecto.

Hoy en día existe la mejor medicina de todas: la medicina preventiva. Esa que dice que es preferible prevenir antes que curar. La mejor medicina que tenemos es nuestra rica cultura y toda nuestra milenaria tradición. No alcanza con decirle a nuestros hijos que un judío no se debe casar con un no judío, pues aunque queramos explicarles nuestro pensamiento argumentando que pertenecemos a dos pueblos distintos, con todo lo que eso conlleva, ellos ven que en todas las cosas somos iguales a los no judíos. Comemos las mismas comidas, nos comportamos igual que ellos, vestimos igual a ellos y lo peor de todo: pensamos igual que ellos. Con estos datos, À cómo podemos pretender que no se casen con no judíos?

Todo se aprende en la vida. Si no sabemos educar, eso también se puede aprender. Si carecemos de conceptos sobre la cultura judía, hoy por hoy no faltan lugares o libros o instituciones donde buscar consejo y ayuda sobre cómo educarnos y educarlos. Hagámoslo!!


De: Judaísmo hoy





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