domingo, 9 de diciembre de 2012

LA FIESTA DE LAS LUCES "HANUKÁ"




Hanuka es una palabra hebrea que significa "Dedicación" y de allí se tomó para determinar una de las fiestas Nacionales del pueblo Hebreo alrededor de la tierra.


La Fiesta de la Dedicación del Templo de Jerusalem después de haber sido tomado por las armas y con sangre por una banda de Judíos liderados por un varón llamado Mattityahu (o Matatias, en español) descendiente de Hasmoneo.

Mattiyahu, descendiente de familia sacerdotal, originó la rebelión en contra del régimen Sirio-Griego de Antioco hacia la Segunda Centuria antes de la Era común.

El objetivo de Antioco era empujar a los Judíos hacia el Helenismo y por lo tanto, que negaran su religión Judía y se olvidaran de la Toráh y se volvieran a la adoración de los dioses paganos que el imperio patrocinaba.

Muchísimos fueron los Judíos que se asimilaron a este propósito, tanto que por dedicarse a la cultura del físico humano, muchos varones se "des-circuncidaron" ya que era costumbre andar desnudos por los templos donde se practicaban las artes de la lucha y el físico-culturismo.

La decadencia Judía era deplorable, tanto que no importaba si cambiaban sus nombres hebreos por Griegos, cual era la moda del momento y contrayendo matrimonios con mujeres no-judías y de la misma manera, las mujeres contrayendo nupcias con varones no-Judíos.

El celo por la Toráh, por el Santo Templo y por el D-os de Abraham, de Itzjak y de Yaakov llevó a esta familia sacerdotal a conformar grupos de guerrillas que atacaban a las fuerzas de Antioco; muchos de los Judíos trataron de persuadir a los Macabeos de seguir con sus planes ya que los consideraban poca cosa frente a las huestes de Antioco, pero de todas maneras, ellos siguieron confiando en su D-os y se tomaron entonces las colinas de Judea y se abrió la revuelta contra las amenazas a su propia vida y la de sus hermanos Judíos.

Después de morir Mattityahu, siguió con el liderazgo su hijo Judah llamado El Macabeo, que significa "El Martillo" y así, esta banda de santos Judíos declararon la guerra al ejército Sirio.

Antioco despachó miles de soldados bien armados para contrarrestar la rebelión, pero los Macabeos tuvieron éxito y lograron sacarlos de sus tierras.

Fue así como los valientes Judíos entraron a la Ciudad Santa de Jerusalem a finales del mes de Kislev, que con relación al calendario civil gregoriano, cae hacia el mes de Diciembre.

El Templo Santo estaba en caos, ensuciado y profanado por soldados extranjeros. Ellos limpiaron el Templo y lo dedicaron nuevamente en el día vigésimo quinto del mes judío de Kislev.

EL MILAGRO DEL OLEO

El día 25 de Kislev, cuando se pretendía dar de nuevo servicio en el Templo se encontraron que solamente hallaron una sola jarra sellada tiempo atrás por el sacerdote de entonces que contenía aceite puro de olivas para encender la Menoráh, pero solamente ese aceite serviría para un solo día.

Contra toda desesperanza, Judah ordenó que se sirviera el aceite en la Menoráh así fuera para un solo día. De acuerdo a la Ley era necesario que para preparar un nuevo aceite para la Menoráh debían escogerse las olivas, machacarse debidamente y esperar siete días a que el aceite estuviera listo para ser usado.

Por lo tanto, no dispondrían de nuevo aceite sino hasta dentro de los ocho días siguientes y la Menoráh tendría que apagarse esos siete días restantes mientras llegaba el nuevo aceite consagrado para tal fin.

Pero cual no seria la sorpresa de los Macabeos y del pueblo de Jerusalem que al día siguiente, al entrar en el Santo Templo encontraron que el aceite de la Menoráh no escaseaba y la Menoráh seguía encendida y así siguió encendida hasta que el nuevo aceite estuvo listo.

Este milagro fue la recompensa de Hashem a la fe de un puñado de valientes que pusieron sus vidas por delante por amor a su pueblo, a sus costumbres, a su religión, a su Toráh y a su Dios Altísimo.

Por ello, todos los Judíos alrededor del mundo observamos la gran fiesta de la Dedicación o de Hanuka, o también llamada "de las Luces", por Ocho días en honor a esta gran victoria y al milagro del aceite de la Menoráh.

Se tiene la certeza de que en tiempos de Yeshúa HaMashiaj se celebraba la Fiesta, tal como lo registra el tratado de Yohanan (Juan) donde dice: "Celebrabase en Jerusalem la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Yeshúa Hamashiaj andaba en el Templo por el Pórtico de Salomón".

Lo que nos permite concluir que Yeshúa mismo hizo parte de la celebración dentro del Templo, como acostumbraba siempre. (J.10:22-23)

CELEBRACION

Hoy en día se celebra la Fiesta encendiendo cada noche una velita dispuesta en una Menoráh especial de ocho vasijas o candelabros, mas el candelabro mayor llamado Shamash, que se encarga de darle luz a cada velita cada noche a medida que transcurren los días. De manera que la primera noche el Shamash le da lumbre a una velita; la segunda noche a dos velitas; la tercera a tres velitas y así sucesivamente hasta completar los ocho días de la Fiesta.

Se acostumbra también por parte de los niños jugar haciendo girar dreidels o también llamados "Toma Todos" que son una especie de trompos que se giran con los dedos y se comen alimentos basados todos en aceite, como papas fritas, pankakes, donuts y asi mismo se dan regalos y monedas de chocolate a los niños.

Es la época para llenar de regalos la casa por cada noche que transcurre, tanto a los niños como a la esposa. Siendo esta la época más especial para la familia donde se compartan regalos, la tradición enseña que cada noche el padre (o la madre) de familia se aparece con sendos regalos para sus hijos y así por ocho días consecutivos.

SIGNIFICADO ESPIRITUAL

La Fiesta de la Dedicación o Hanuka, adquiere una doble dimensión en la vida de los judíos que reconocemos a Yeshúa como el Mashiaj de Israel, toda vez que de acuerdo a sus palabras El es la Luz de este mundo y quien lo sigue no andará en tinieblas.

En la Menorah de Hanuka Yeshúa está representado por la Velita Mayor o sea la llamada Shamash, que es la encargada de darle fuego/luz/lumbre cada noche a todas velitas que corresponden.

Ello nos indica que Yeshúa es quien tiene ese poder delegado por el Eterno para hacer que de nosotros salga fuego y alumbremos nuestros caminos y ayudemos a iluminar el camino de los que todavía andan ciegos. Viviendo una vida como el Mashiaj nos enseñó, basados en la Toráh y siendo La Toráh la Luz del Mundo, podemos entonces transcurrir nuestra existencia con la seguridad de que nunca nos faltará el aceite de olivas en la Menorah; pero debemos recordar siempre que dicho aceite no se prepara de la noche a la mañana y que requiere un proceso de fabricación y de santificación y que por si mismo no podemos alumbrar: vamos a necesitar siempre el Shamash, la Luz del Mashiaj que aliente nuestras vidas.

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